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Mesa redonda «Conmemoración del Día del Pacífico: El Pacífico y sus desafíos actuales»
Organizada por Casa de América y el Centro Casa Asia Madrid con ocasión del Día del Pacífico, que se celebra cada 6 de marzo
La Casa de América y el Centro Casa Asia Madrid organizaron el 9 de marzo una mesa redonda bajo el título «El Pacífico y sus desafíos actuales», con ocasión del Día del Pacífico, que se celebra cada 6 de marzo. Este día conmemora la llegada de la expedición de Fernando de Magallanes y Juan Sebastián Elcano a las islas Marianas en 1521, donde tuvo lugar el primer encuentro entre los habitantes de las islas del Pacífico y los navegantes españoles. El viaje de la flota de la Corona Española culminaría, además, con la primera circunnavegación del planeta. En esta mesa redonda se trataron, entre otros muchos temas, la confluencia del Pacífico con el Índico como espacio geoestratégico; la creciente integración de la Alianza del Pacífico y su proyección hacia esa región; la nueva arquitectura económica en Asia-Pacífico; y los retos y oportunidades de la relación de los Estados insulares del Pacífico con la UE, así como la posible triangulación con la Alianza del Pacífico.
Asistió nuestro responsable de proyectos, Mikel Herrera, que extrajo las siguientes conclusiones:
Diez años después de su creación, la Alianza del Pacífico (AP) cuenta con un compromiso político real por parte los cuatro Estados miembro. Se trata de un proyecto de integración no ideologizado, que ha ido mejorando su conexión con la ciudadanía, en consonancia con su «Visión 2030», la cual también busca una mayor integración grupal, impulsar la digitalización y potenciar su área de influencia y proyección hacia el Pacífico. El hecho de que Singapur sea el único Estado asociado de la Alianza, y que países como Australia, Nueva Zelanda, o Corea del Sur sean candidatos a Estados asociados, demuestra el interés y compromiso de la Alianza con la región del Pacífico.
Asimismo, la Alianza tiene una relación privilegiada con la UE, Japón, o la ASEAN. Concretamente, hay una agenda de trabajo muy desarrollada con la ASEAN en minería y prevención de desastres naturales. Tanto la Alianza del Pacífico como la ASEAN son miembros del Cinturón de Fuego del Pacífico, por lo que la organización del sudeste asiático se ha interesado en conocer la experiencia del bono para desastres catastróficos lanzado por la Alianza del Pacífico.
Esta proyección internacional con una vocación natural hacia la región de Asia-Pacífico ha sido, por tanto, muy exitosa. Por otro lado, la incorporación a la OCDE de tres de los cuatro miembros de la Alianza (Perú no es aún miembro, pero ya ha comenzado el proceso de adhesión a la OCDE) ha fortalecido su perfil internacional y ha generado una dinámica virtuosa en términos regulatorios. La mejor prueba del éxito de la Alianza es que los distintos Gobiernos, al margen de sus signos políticos, han apostado por la AP y existe una voluntad política por la integración. Ello supone un factor de estabilidad para que la organización tenga una proyección de futuro.
También se debatió en la mesa redonda sobre la arquitectura económica regional, la cual está cambiando considerablemente con la evolución del CPTPP o tras la firma en noviembre de 2020 del RCEP (Regional Comprehensive Economic Agreement), un tratado comercial que reúne a los países de la ASEAN y a cinco países de Asia-Pacífico (Australia, China, Corea del Sur, Japón y Nueva Zelanda), y que se ha convertido en el mayor tratado de libre comercio del mundo.
En cuanto a los Estados insulares del Pacífico, pese a que la UE tiene un fuerte vínculo con esta región, existen múltiples retos en su relación. El desafío más evidente es el de la enorme distancia geográfica, que dificulta el contacto cotidiano. En segundo lugar, la asimetría socioeconómica entre Europa y los Estados del Pacífico: Europa es un continente densamente poblado, con una alta conectividad, un alto grado de desarrollo, y servicios bancarios y financieros avanzados, a diferencia de los pequeños Estados insulares del Pacifico. Por último, los intereses estratégicos difieren. En la agenda de la UE, la lucha contra el terrorismo, la inmigración ilegal, o la garantía de la paz y seguridad internacional ocupan un lugar importante. Estas cuestiones pueden parecer alejadas de los problemas del Pacífico.
A pesar de estos retos, también hay grandes oportunidades. Existen prioridades compartidas, a tenor de las estrategias para el Indo-Pacifico de la UE, así como en las de Alemania, Francia y Países Bajos, como la lucha contra el cambio climático, que es la principal amenaza existencial del Pacifico, la seguridad marítima, o la gestión de los océanos. Por otro lado, la UE es el tercer contribuyente en ayuda oficial al desarrollo en el Pacífico. Por último, la UE y los Estados del Pacífico comparten valores: a pesar de las diferencias culturales, y las diversas trayectorias históricas, los Estados del Pacífico son democracias estables. También hay una historia compartida, especialmente con España, que fue el primer país europeo en cruzar este vasto océano.
La geopolítica va a determinar de manera decisiva las dinámicas de la región en los próximos años. En el actual contexto de rivalidad entre China y Estados Unidos, será clave el papel de las potencias regionales como Australia, Nueva Zelanda, Chile o Colombia. Por otro lado, la UE buscará una mayor implicación con el Pacífico, y la Alianza del Pacifico puede convertirse en un vehículo interesante para impulsar la relación de Europa y España con esa región.
El Indo-Pacifico será el tablero del gran juego geopolítico de este siglo.